domingo, 17 de mayo de 2009

LA LLUVIA

¿Agujas de dolor o lágrimas de compasión?

TRANSCRIPCIÓN

Cambiar pensamientos por palabras que lo describan a la perfección es difícil. Pero el hecho de decir que es inefable se acerca bastante a lo que quiero expresar.

lunes, 11 de mayo de 2009

A VER QUIÉN ES CAPAZ DE ENTENDER LO QUE TRATO DE DECIR AQUÍ.

Ese no soy yo. Es mi imagen. sí, pero deformada y borrosa. Porque ¿sabéis qué? a veces lo que vemos, por mucho que creamos en la evidencia, es falso. Como este reflejo...
Se ven cuerpos, pero no almas. Se ven cerebros, pero no pensamientos. Y se ven ancianos, pero no sentimientos.
Permanecí un rato más delante del espejo, observándome e intentando ver más allá de mis ojos. una lágrima asomó como pidiendo permiso y dejé que ella decidiese. Se dejó caer.
Una media sonrisa se abría paso arrepintiéndose en el último instante dando lugar a una mueca sin sentido.
Me concentré un poco más.
Practiqué gestos, y fui consciente del ridículo que estaba haciendo, pero necesitaba saber, necesitaba verlo.
Nada. Cuando yo reía, el reflejo lloraba y cuando yo lloraba... a él se le partía el corazón.
Y con este último pensamiento, de repente, lo vi.
Sí. ¿Cómo podía haber sido tan torpe? es increíble como lo que parece evidente se desvanece para dejar ver lo que hay detrás.
Me acerqué más. tanto, que pegué la frente contra el cristal. No era cuestión de perspectivas. Sólo de puntos de vista.
Esta vez no me hizo falta gesticular. La imagen lo hacía por mi. Más nítida esta vez. Reía. Reía como nunca lo había hecho antes. Y se fue alejando. Caminaba de espaldas pero sin dejar de mirarme. Esos ojos.... ahora sí me decían algo... y no con palabras ni con imágenes, sino con sentimiento. La satisfacción de haberlo logrado.
Desapareció.
Ahora quedaba frente a un espejo sin imagen. Me sequé lo ojos y lo retiré de la pared. Esperaba no tener que volver a utilizarlo.

lunes, 20 de abril de 2009

ESTADO

Decepcionado, enojado,desesperado, decaído, deprimido  y rendido... Nadie se merece nada....

lunes, 16 de febrero de 2009

IN - EXISTENCIA

Lágrimas que se secan carentes de historia por la latencia infernal de las merecidas consecuencias de mis actos. Caída libre, sin obstáculos, en cuyo fondo encontraré lo mismo que en el principio: nada. Vestigios de felicidad son cada vez más escasos por la imperturbable pasividad de lo que me depara el futuro. Reacio a entenderlo me intento aferrar a lo que está cada vez más alto, pero lo único que me provoca es vértigo y desazón; asco de mi mismo y, casi siempre, fracaso. Nada tengo y por lo tanto, nada soy. Nunca aprendo de mis errores y las recaídas son más frecuentes. El columnista de lo ajeno que se olvida de si mismo. Ese soy yo. Vacilante sonrisa de desesperación ante lo obvio que me niego a aceptar. Pérdida absoluta de lo que me rodea y retorno parcial a este vacío que ni siquiera me esperaba. La sutileza en las miradas de la gente me lo dice. Estoy donde no debería estar. Las puertas sólo me dan la espalda. La bienquerencia nunca me ha sido útil y la soledad es el espejo de mi vida. Mis palabras son notas desafinadas que armonizan con la susurrante voz de la tragedia. El retorno de los sin nombre, de los poco importantes, de los que nadie escuchará jamás, de los que molestan, de los que siempre son interrumpidos, de los que nada aportan ni lo harán jamás, de los hazme-reir, de los malditos, de los agotes, de los que deberían estar muertos o nunca haber nacido, de los que valen aun menos que nada, de los que escriben para que sólo ellos se den cuenta de lo que son en realidad.

lunes, 26 de enero de 2009

Lo imposible nos parece increíble, pero más increíble aun cuando se hace posible.

viernes, 23 de enero de 2009

A-DIOS

El tiempo es lineal y descendente.
Desde el mismo instante de la
engendración y digo bien: engengración, empezamos a envejecer, a marchitarnos, a secarnos y a pudrirnos. Saltamos unos centímetros pero podemos caer desde kilómetros. Lo bueno es tan importante como lo malo, pero lo malo es lo que nos marca. Tenemos que nadar para no hundirnos. Necesitamos matar para no morir. Caemos por andar de pie. El ánimo hay que levantarlo, porque si no, andamos bajos. Miramos hacia arriba para pedir y hacia abajo para vernos.
La tierra es esférica, estamos en la cumbre y todo lo demás debajo. Caminar cuesta arriba es lo que más nos fastidia, mientras que de la otra forma sólo hay que... dejarse llevar.
Nacemos, crecemos, caemos y nos entierran más abajo aun.
Nos ahogamos cuando llevamos una trayectoria descendente.
Como no decidí cuando nacer tampoco lo haré cuando morir porque al fin y al cabo todos lo haremos, lo que no soporto es que me hayan puesto al borde de un precipicio para luego empujarme.
Saludos al dios que tenemos arriba, sólo decirle que no caeré en la tentación porque para eso tendría que levantarme de ella y todos sabemos que la fuerza de la gravedad del asunto me impide hacerlo. Llegar hasta ti implica un esfuerzo sobre-humano. Así que lo mejor mejor será seguir descendiendo, por lo menos sé que, aunque no sea de mi agrado, habrá alguien esperándome ahí abajo.